Cap-15 
Estaba cansada, con la camiseta sucia, grafiteada con lamparones negros, el sudor hacía que se me pegase a la espalda al agacharme y cuando me ponía de pie sentía en la zona lumbar el frescor del airecillo de la calle que acariciaba directamente mi piel desnuda… Pero con las manos ocupadas no podía estirarme la camiseta y debía dejar que el aire acariciase impune mitad de mi espalda. La luz de las farolas iluminaba la acera metros antes del portal…
Cuando empezó el día no creí que la noche me pillase todavía así, subiendo cajas por las escaleras…
Después de un largo y cálido verano al fin tocaba volver a la rutina, se respiraba ya un cierto ambiente de escolaridad en las calles, pese a que todavía quedaban afortunadas que se pasaban las tardes en la playa fluvial, en un verano que estaba a semanas de despedirse y dar paso al otoño. Los días se notaban más cortos y esas largas tardes interminables ya no lo eran tanto. De modo que me tocaba adelantar los paseos y las carreras por el paseo junto al Miño.
En menos de dos semanas me esperaban un nuevo instituto, un nuevo equipo de voleibol y esta ciudad a la que me he mudado.

Este mini capitulo es el final de temporada de «Hay una luz en el baño» despues del verano volvera la continuacion de este relato con una muy interesante 2ª temporada,hasta entonces feliz verano.

«Hay una luz en el baño»por Antía Trans

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