Tres mujeres saliendo de un bar. Era una noche cálida, de fiesta. Cada una de ellas era tan distinta a la otra y sin embargo, esa noche las uniría en un vínculo cómplice.

Gisele era la más tímida. Veinteañera, escondía sus curvas y su sed de experiencias bajo una imagen sobria. Su pollera larga,negra,y su camisa blanca la cubrían de sus deseos más intensos.

Laura era más alocada. Toda de rojo,strapless y minifalda,era auténtica,transparente y vivaz. Sensual y dominante.

Valeria les llevaba kilómetros de vida. Era una hermosa transexual con más años. Coqueta y sexy,estuvo jugando toda la noche. Y entonces las guió.

Risueñas y tomadas se dirigieron a la zona roja. Las esperaba una sorpresa.

Buscaban una Dama. Una de ellas las cautivó. Body de latex,guantes,medias de red.

Laura la tomó de las caderas por detrás y dijo: – Te vas con nosotras.

Subieron al taxi.

Valeria acariciaba las piernas de la Dama y lo sintió. Caliente,firme. No se contuvo. Lo tomó en sus manos y lo lamió.

Gisele y Laura se besaban. Manos,lenguas se entrelazaban. El conductor del auto de alquiler contenía la respiración, mirando por el espejo ese ambiente húmedo y ardiente al que no estaba invitado.

Llegaron al hotel.

Comenzaron a desvestirse.

La tímida y joven mujer mostró otra faceta. Bajo su atuendo serio, suelto, un portaligas negro,fina tanga de encaje,sin soutien. Las miró con picardia, lascivia.

Laua simplemente se desnudó. Ansiosa de disfrutar,hervía.

Valeria ni se dio’ cuenta como empezó todo. La Dama le arrancó el vestido,la tiró boca abajo en la cama y sacó su fusta. Arañó el suelo y sus caderas con el elemento.

Tomó a Laura y la llevó a estimular a su compañera. Reconocía todo su cuerpo mientras tanto. La besó,la apartó y descubrió su falo.

Los pechos de Gisele eran tersos y exuberantes. La Dama con una seña,los degustó, en ese instante a su sometida.

Laura miraba, y se estimulaba. Las excitaba con sus gemidos y no aguantó más. Dio’ vuelta a Valeria,la ato a la cama,continuando hipnotizada. Recorrió cada fibra de su piel. Besos y más . Devoró sus senos,se ahogó en la humedad de su sexo mientras invadía su interior. De pronto, Laura atrapada en su juego,se dejó llevar por el frenesí.

Sus cuerpos se confundían en un mar caliente y tormentoso,entre labios,sudor y más. Desfallecían empapadas de placer. Sin embargo, la serenidad que acompaña el temporal es más dulce aún.

Gisele estaba absorta en la escena. Sus miradas se encontraron. Acarició su cabello,la atrajo suavemente hacia ella. Besó tiernamente a su amiga deseada en secreto tanto tiempo. Delineo’ su rostro con sus finos dedos. Sobrevoló su piel. El encuentro de sus cuerpo ondulaba como el leve mecer de la marea,fusionando mucho más que materia. Vibraban al mismo son. Dibujó sus labios,su cuello,sus pequeños y tibios senos. Viajó por sus valles,mesetas y profundos abismos. Libo’ su néctar.

Laura sabía de sexo pero no de amor. Dejó sus murallas,sus miedos,y se entregó a esos ojos verdes que la extasiaban. Explorando se conocieron,mimaron,bebieron un elixir que no imaginaban,estremecidas por una energía que las envolvia y volaban. Abrazadas,se durmieron sonriendo.

Al despertar,Valeria las miraba conmovida. Conversaron mucho.
Sin querer,se dejaron ser en un sueño de una noche de verano que cambió sus vidas.

Escrito por Lara Gomez (Uruguay)

Ensueño sin cadenas

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