Hoy os ofrecemos una interesante entrevista con Paula Alcaide, psicóloga especializada en atender a mujeres lesbianas y bisexuales (autora del libro «Cómo superar un bollodrama»)
Esperamos que os resulte de utilidad y os haga ver que todas esas preocupaciones que tenéis o habéis tenido en algún momento de vuestra vida, son mucho más comunes de lo que pensáis.
¿Cuáles son los problemas habituales con los que llegan a tu consulta las mujeres lesbianas y bisexuales?
En los últimos seis años como terapeuta especializada podríamos distinguir tres tipos de consulta más habituales:
a) Mujeres que tienen dudas o miedos respecto a su propia orientación afectiva («¿soy lesbiana o bisexual?», ¿cómo salgo del armario con mi familia, en el trabajo…?», «¿cómo reconstruyo mi vida ahora que me he enamorado de una mujer y he tenido marido e hijos…?»)
b) Crisis existencial, problemas de pareja o rupturas («¿cómo recupero mi autoestima?», «¿cómo recuperamos la pasión en la pareja?», «¿cómo supero la relación con mi ex y me vuelvo a ilusionar?». Para estas demandas creé el libro ‘Cómo superar un Bollodrama’ (Egales, 2019, – www.comosuperarunbollodrama.com -) y realizo tanto sesiones individuales como sesiones de terapia de pareja.
c) Conocer otras mujeres lesbianas o bisexuales. A veces no hay un problema de auto-aceptación sino que se requiere una guía para trabajar aspectos como ligar, sociabilizar, autoestima y asertividad para ir a grupos y hacer actividades junto a otras mujeres.
A través de la web www.palcaide.com o del email info@palcaide.com oriento a las mujeres que me contactan para ofrecerles los recursos y sesiones que se ajuntan más a sus necesidades.
¿Cuáles crees que serían los métodos para que la sociedad deje de sentir odio por las mujeres y doblemente por las lgtb?
Yo no hablaría de odio pero sí de discriminación o prejuicios. Creo que la forma más efectiva siempre es por proximidad o cercanía, creo que una mujer que se reafirma en su orientación y en su género y hace un trabajo de pedagogía con su entorno próximo genera más cambios de los que imaginamos. Es como una red que poco a poco va cambiando la mentalidad de personas más ignorantes que siguen estigmatizando por desconocimiento o porque creen que es un tema opinable que les queda lejos (aunque sea de derechos humanos y sea próximo en todas las familias).
Dentro del propio colectivo de Lgbt ¿qué problemas intrínsecos suelen tener?
Es curioso como sigue existiendo una fuerte discriminación por expresión de género. Muchas veces dentro del propio colectivo se puede aceptar la orientación sexual pero se sigue estigmatizando las expresiones de género no normativas. Creo que es importante que trabajemos la plumofóbia y que nos recordemos como colectivo la máxima de esa libertad de ser quién se es, con independencia de las categorías rígidas que socialmente nos han impuesto.
¿Has tenido mujeres que sufrieran violencia intragénero?
Desafortunadamente sí. He tenido casos en los que ya no hablábamos de un bollodrama anecdótico sino que la relación se había vuelto tóxica y violenta. En estos casos es muy importante no minimizar el sufrimiento y no caer en estereotipos erróneos sino detectar y explicar a la paciente que no es normal los mecanismos de control, culpa y agresividad en su pareja y diseñar con ella una estrategia de protección, recuperación de la autoestima y búsqueda de recursos personales, sociales, etc.
¿Crees que la violencia intragénero en el colectivo LGTB es una transposición del machismo asumiendo roles hererosexualizados formando relaciones tóxicas?
Creo que todo el mundo es permeable a los mensajes negativos, ya sea por género (machismo) o por orientación (homofobia interiorizada). Creo que en una sociedad patriarcal hay personas que utilizan esos mensajes degradantes para mermar la autoestima de su pareja, aislarla y ejercer un rol de poder y control sobre ella.
¿Cuál es el mayor problema o los mayores problemas que tienen las mujeres lesbianas?
Parece muy manido pero sigue siendo vigente el problema de la invisibilidad lésbica y de la invisibilidad bisexual. Las mujeres, por una cuestión de género, han aprendido a protegerse en los espacios públicos y aún vemos muchas relaciones ocultas de cara a la sociedad. Esa máxima de la «discreción» es un arma de doble filo porque en pos de la seguridad y la tranquilidad se va generando ansiedad e hipervigilancia contraproducente. A veces es mejor ser visible y afrontar los retos, que ser invisible y pagar el coste de sentirse siempre en alerta, ocultando, omitiendo o disfrazando la realidad. Nuestras vidas y afectos no son inferiores y, por tanto, es importante que cada cuál cuente el relato de su vida y no deje que los demás la cuenten por ti.
Según tu experiencia ¿suelen preferir relaciones monógamas, o en cambio tambien tienden al poliamor, intercambios de pareja, etc?
La mayoría siguen en un modelo monógamo aunque en los últimos años se escucha más en consulta una crítica al amor romántico. Tengo algunos casos de relaciones permeables, abiertas o poliamorosas, me parecen muy interesantes porque más allá de la teoría es necesario aterrizar los pactos, celos y negociaciones y construir una relación en movimiento que se analice y que genere espacios seguros para todas las personas implicadas. Hacer esto, muchas veces, no es sencillo ni automático: requiere procesos de auto-conocimiento y asertividad muy interesantes.
¿Por qué crees que las mujeres no usan métodos de prevención de ETS?
Por un lado, el seguimiento médico o ginecológico al respecto es casi de risa. Aunque haya mejorado con los años, aún hay equipos profesionales de la salud con una carencia de conocimiento peligrosa respecto a prevención, detección y tratamiento cuando se trata de mujeres que mantienen relaciones sexuales con otras mujeres. Si hablamos de mujeres trans o hombres trans, esta dificultad de los equipos de salud para llevar a cabo una asesoría y seguimiento adecuado es alarmante, aún hay mucho desconocimiento.
Por otro lado, muchas personas del colectivo no tienen consciencia de qué tipo de prácticas comportan riesgo. En este sentido sí que hay una mayor preocupación respecto al Virus del Papiloma Humano (VPH) pero muy pocas han acudido a hacerse revisiones.
Es importante adaptar los modelos de prevención de ETS a las prácticas sexuales de cada tipo de relación y que la prevención sea una máxima. Esperemos que los servicios de salud recojan la diversidad afectiva e identitaria en sus consultas para que nadie se quede fuera de una buena asesoría sobre cómo disfrutar su sexualidad minimizando los riesgos.